Hasta siempre

Bueno, esto ha llegado a su fin. Era de esperar, amigos, pero así es, nos vamos. Me levanto en Lepanto se despide para siempre.

Este blog empezó en el mes de octubre de 2014 como apoyo al trabajo de la asignatura de Historia Moderna de España, para el grado de Humanidades en la Universidad Carlos III de Madrid. El trabajo ha sido coordinado, aparte de por las 5 almas que componen el grupo, por Enrique Villalba, nuestro profesor.

El blog nació gracias al compañero Víctor, el cual dio la maravillosa idea de crearlo. Démosle también las gracias por el nombre, chistoso pero ingenioso.

Como ya hemos dicho, este blog era un apoyo al trabajo, el cual, como podéis imaginar por el nombre, trata sobre la batalla de Lepanto. Centrándonos en este amplio tema, hemos dejado una parte muy importante para la "visión del otro", que es lo que el profesor en realidad nos pidió para el trabajo. Esta parte ha sido realizada por el compañero Mehmet.

El que escribe, Alberto, aparte de Víctor y el compañero germano-turco Mehmet, hemos sido los que hemos llevado por el buen camino y le hemos dado "vidilla" a la parte virtual del trabajo. La parte escrita ha sido realizada por Francisco, Luis Enrique y Mehmet. Los dos primeros no han podido colaborar en este espacio pero han apoyado de igual forma.

Lo dejamos pero sin tirar la toalla. Hemos demostrado que se puede trabajar de manera excelente en grupo, y hemos visto que es maravilloso trabajar con compañeros de tierras lejanas, es un gustazo que estos compañeros pongan su visión y hagan que nos abramos de miras. La alianza hispano-luso-germano-turca ha funcionado.

Os queremos dar las gracias a todos los que nos habéis leído, especialmente a todos nuestros compañeros de asignatura, a todos, sin excepción. Gracias por leer cada entrada, cada frase, cada palabra. Gracias por disfrutar de las imágenes. Gracias por pararos en cada coma, gracias por ayudarnos. Ahora, esto no es una coma, es un punto final.

De parte de Mehmet Alkan, Alberto Ballesteros, Víctor González, Francisco Herrera y Luis Enrique Martins.

HASTA SIEMPRE!!!

Obras pictóricas referentes a la batalla



Autor: Juan Luna (Filipinas)
Etapa pictórica: Realismo
Año: 1887
Tipología pictórica: Óleo sobre lienzo
Tamaño de la obra: 400 x 700

La obra se halla en el salón del Palacio del Senado de Madrid.


"Las armadas de la Santa Liga y la otomana enfrentadas"

Autor: Giorgio Vasari (Italia)
Etapa pictórica: Renacimiento
Año: Aproximadamente de la mitad del siglo XVI
Tipología pictórica: Fresco

La obra se halla representada en la Sala Regia del Vaticano.


"Battaglia di Lepanto"

Autor: Andrea Michieli "Vicentino" (Italia) [1] [2]
Etapa pictórica: Renacimiento
Año: 1571 a 1600
Tipología pictórica: Óleo sobre tela

La obra se halla en la Sala del Escrutinio, en el Palazzo Ducale, en Venecia.

La Batalla de Lepanto - La Mirada Turca -Parte 1: Las razones y antecedentes de la batalla

Lepanto es un lugar en el Golfo de Patras. La región estaba bajo control de los Venecianos desde 1407 hasta la conquista otomana en 1499. El imperio otomano la hizo una parte de la provincia de Argelia (Eyalet-i Cezayir) en su sistema administrativo. La conquista expandió las fronteras del imperio Otomano hacia el occidente y solamente las islas Creta y Chipre en esa región quedaban bajo control de Venecia.[1] Para el imperio otomano Lepanto se convirtió en una base estratégica y proveía la marina otomana con fuerzas, especialmente con remeros.[2]

Hasta la mitad del Siglo XVI durante el sultanato de Solimán el Magnífico, el imperio otomano fijó su control sobre los Balcanes, el Medio-Este, el Mar Negra y sobre el mediterráneo-este, pero Solimán no llegó a conquistar Chipre hasta su muerte en 1566. Su hijo, Selim II, no era tan exitoso como su padre y una gran parte de su trabajo hacía su Gran Vizir Sokollu Mehmed Pacha. Este veía la conquista de Chipre necesaria porque  la isla bajo el control Veneciano era una molestia ya que piratas cristianos comprometían a los peregrinos musulmanes y también a las naves otomanas que iban hacia Egipto. Antes los venecianos pagaban cuota de protección a los mamelucos para la protección de la isla contra los otomanos pero después de la conquista del Egipto por ellos no perduraba más esa protección. Además, la isla era atractiva por los otomanos ya que era un terreno rico de tierra y donde se podían exigir impuestos. También la cercanía a las tierras otomanos era considerada muy importante. Por lo tanto, el imperio Otomano decidió conquistar la isla pero necesitaban encontrar una razón legible para atacarla.[3] Esa razón era la eliminación de la piratería en el mediterráneo por las bandas de Venecia, Malta, Creta, Sicilia  que vivían en la isla y eran peligros por el comercio en esa región.[4] Una fatua[5] fue hecha por Seyhülislam Ebussuud por la conquista. Así los otomanos movilizaron entre 208 y 360 navíos y aproximadamente a 60.000 soldados en 1570 para conquistar la isla. Al poco tiempo, los otomanos consiguieron conquistar la mayor parte de la isla con Nicosia a causa de la inexperiencia de los comandantes venecianos y por el apoyo de la población chipriota a los otomanos. Hasta el final de 1570 los otomanos ya habían conquistado la isla excepto Famagusta, una parte en el este de la isla. Al fin y al cabo también se conquistó esa parte el 1 de agosto de 1571. Aunque una capitulación había sido firmada entre los otomanos y los venecianos, un masacre de los peregrinos musulmanes por los venecianos provocó a los otomanos matar a los generales venecianos y despellejar vivo al gobernador-general Marcantonio Bragadin que había ordenado matar a los peregrinos.[6] Después de la conquista las tierras de la isla eran pobladas por la gente de Anatolia para mantener el control.

Según fuentes otomanas, Sokollu había tenido  la suposición de que los imperios del occidente iban a unirse bajo el control del Papa e iniciar una nueva cruzada, ya antes del comienzo de la conquista de Chipre y esto ocurrió durante la contienda. Ésta tuvo un gran afecto en el Occidente. Buscando la venganza, Vaticano, Imperio de España de Felipe II, Venecia, Malta, Génova, Toscana y Saboya se unieron bajo el nombre Liga Santa contra los otomanos para reconquistar Chipre y acabar el control de los otomanos sobre el mediterráneo. [7]




[1] Onur Yildirim: “The Battle of Lepanto and its impact on Ottoman History and Historiography”, en Rossella Cancila (ed.), Mediterraneo in armi(secc. XV-XVIII), Palermo 2007, p. 536.
[2] Onur Yildirim: “The Battle of Lepanto and its impact on Ottoman History and Historiography”, en Rossella Cancila (ed.), Mediterraneo in armi(secc. XV-XVIII), Palermo 2007, p. 537.
[3]  Gábor Ágoston, Bruce Masters: Encyclopedia of The Ottoman Empire, EEUU 2009, p.331.
[4] Gábor Ágoston, Bruce Masters: Encyclopedia of The Ottoman Empire, EEUU 2009, p.331.
[5] Fatua= decisión religiosa por especialistas en la ley islámica que pueden tener fuerza legal.
[6] Gábor Ágoston, Bruce Masters: Encyclopedia of The Ottoman Empire, EEUU 2009, p. 331.
[7] Ibrahim Etem Cakir: “Inebahti (Lepanto) War and Some Information On The Reconstruction Of The Ottoman Fleet”, en: Turkish Studies – International Periodical For the Languages, Literature and History of Turkish and Turkic(Volume 4/3), ---------- 2009, p. 516.

La Batalla de Lepanto - La Mirada Turca -Parte 2: La batalla

La noticia de que los cristianos formaron la Liga Santa llegó al imperio Otomano durante la conquista de Famagusta. Los Otomanos tomaron rápidamente medidas y empezaron a preparar la flota por una confrontación con la flota de la Liga Santa. La decisión fue confirmada por el Sultan Selim II en un tono religioso:[1]
“When the news about the infidels’ intention to attack became known by every body, here the ulema (religious scholars) and all the Muslim community found it most proper and necessary to find and immediately attack the infidels’ fleet in order to save the honor of our religion and state, and to protect the Land of the Caliphate, and when the Muslims submitted their petition to the feet of my throne I found it good and incontestable. I remain unshakeable in my decision”.[2]

La decisión inmediatamente se puso en acción y todas las fuerzas navales por todas partes del imperio fueron invocadas a unirse a la operación.  Al comienzo de la operación la flota era mal informada de la posición de la flota de la Liga Santa así que  movía hasta la isla Creta creyendo en confrontar el enemigo pero sin éxito. Allí se unió la flota de Uluc Ali Pacha, el gobernador de Argelia. A la apariencia de la flota de la Liga Santa a las costas adriáticas, la flota otomana se movió hacia Lepanto adonde llegó en Septiembre de 1571, un mes antes de la confrontación pasando este mes bombardeando las fortificaciones venecianas por las costas de Albania. Según fuentes otomanos existieron varios problemas entre la flota otomana: primero, durante los ataques a las fortificaciones la flota perdió a muchos combatientes, así que necesitaba fuerza de los territorios cercanos, Albania y Bosnia. Segundo, como la conquista de Chipre duró años y la flota estuvo moviéndose durante meses, muchos caballeros dejaron la flota. El gobierno otomano no intervino para parar la desintegración de la flota y la tropa, pensando que las flotas de la Liga Santa no iban a atacar a ese tiempo. Este hecho fue descrito por un autor otomano así:[3]
“The fleet cruised for a long time on the sea. No one appeared. The Ottomans believed that the Christians lacked the courage and to meet them. The winter approached. The corsairs and beys of the coastal provinces asked the Porte for permission to return home. Thus the army disintegrated.”[4]

Hasta que viniera la flota de la Liga Santa muchos caballeros y soldados habían salido de la flota otomana.
Además, otro problema era la infidelidad de la comunidad Greca durante la preparación de la guerra.  Después de la conquista de Lepanto por los Otomanos, esta región se había convertido a un base naval que proveía la flota con fuerzas. La carga para los Grecos era grande así que después de 70 años del servicio a la marina disminuyó. Antes de la batalla de Lepanto este servicio era bastante insuficiente y  las necesidades de la flota no se cumplió bien. Más aún, los líderes religiosos cristianos de la comunidad ortodoxa Greca estaba en contacto con los imperios Cristianos y apoyaban a ellos.[5]

La flota otomana, dirigida por el capitán-general Müezzinzade Ali Pacha, Pertev Pacha, Uluc Ali Pacha y Mehmed Suluk Pacha(también conocido por Maometto Scirocco), finalmente confrontó la flota cristiana de la Liga Santa, liderada por Don Juan de Austria, el 7 de octubre de 1571 en el golfo de Patras. En una reunión de los generales otomanos, Uluc Ali Pacha, sabiendo que su flota consistía de menos personal y que estaba cansada, quiso que sus fuerzas tomaran una posición defensiva en el Golfo de Lepanto. Esta opinión también fue apoyada por Pertev Pacha. Sin Embargo Müezzinzade Ali Pasha, almirante de la flota, sin experiencia en la batalla naval, ordenó atacar a los cristianos.[6]
Hay información distinta sobre la cantidad de las fuerzas de ambos lados. Según fuentes turcas, la flota turca consistía de entre 205 y 230 navíos y 25.000 combatientes, y la flota de la Liga Santa de 202 y 243 navíos y entre 37.000 y  44.000 combatientes. Así, las fuerzas turcas estaban en desventaja tanto por la cantidad de los soldados y navíos, como por la debilidad de las fuerzas después de pasar tantos meses en las batallas. La lucha empezó al mediodía y finalizó por la tarde con la derrota de las fuerzas otomanos. La flota turca perdió un total de 20.000 soldados y también a sus generales importantes como Müezzinzade Ali Pacha. Además, 15.000 esclavos cristianos fueron liberados de la flota otomana. Solamente Uluj Ali Pacha, con su experiencia naval pudo derrotar algunos navíos de la Liga Santa, y al ver que no pudo ayudar más a otros generales de la flota- ya que muchos terminaron muertos- se escapó con unas 30 galeradas del campo de batalla.[7] Según fuentes turcas la Liga Santa perdió a 8.000 combatientes, tuvo 21.000 heridos, entre ellos Miguel de Cervantes.




[1] Onur Yildirim: “The Battle of Lepanto and its impact on Ottoman History and Historiography”, en Rossella Cancila (ed.), Mediterraneo in armi(secc. XV-XVIII), Palermo 2007, 540.
[2] Onur Yildirim: “The Battle of Lepanto and its impact on Ottoman History and Historiography”, en Rossella Cancila (ed.), Mediterraneo in armi(secc. XV-XVIII), Palermo 2007, p. 541.
[3] Onur Yildirim: “The Battle of Lepanto and its impact on Ottoman History and Historiography”, en Rossella Cancila (ed.), Mediterraneo in armi(secc. XV-XVIII), Palermo 2007, p.541.
[4] Onur Yildirim: “The Battle of Lepanto and its impact on Ottoman History and Historiography”, en Rossella Cancila (ed.), Mediterraneo in armi(secc. XV-XVIII), Palermo 2007, p.541.
[5]Onur Yildirim: “The Battle of Lepanto and its impact on Ottoman History and Historiography”, en Rossella Cancila (ed.), Mediterraneo in armi(secc. XV-XVIII), Palermo 2007, pp. 537-538.
[6] Gábor Ágoston, Bruce Masters: Encyclopedia of The Ottoman Empire, EEUU 2009, p. 332.
[7] Gábor Ágoston, Bruce Masters: Encyclopedia of The Ottoman Empire, EEUU 2009, p. 332.

La Batalla de Lepanto - La Mirada Turca -Parte 3: El impacto de la derrota

La batalla de Lepanto era la primera derrota mayor de la flota otomana y tuvo un gran impacto tanto en oriente como en occidente. El sultan Selim II supo el resultado de la batalla por una carta de Uluc Ali Pasha el 23 de octubre de 1571 y rápidamente ordenó la protección de las costas de Peloponeso. Uluc Ali Pacha llegó a Estambul el 24 de noviembre de 1571. Aunque la  batalla estaba perdida, se valoró el éxito de Ali Pacha con un nuevo título – Kilich “Espada”- y con la capitanía general de la flota. A causa de la pérdida de casi toda su flota, el imperio Otomano debía pasar el invierno con la recuperación y formación de una nueva flotilla. Todos los astilleros del imperio estaban a cargo de este trabajo. En el verano de 1572 el imperio ya tenía una flota más grande y más fuerte que antes con 250 galeradas, así que la flota bajo el control de Kilich Ali Pacha estaba lista otra vez para navegar por el mediterráneo y conquistar nuevos territorios (Tunis, La Goletta, Creta).[1] Los imperios del occidente se sorprendieron de esto como es obvio en un mensaje de un embajador francés: “Already their general is prepared to set out to sea at the end of this month with 200 galleys and 100 galliots, of corsairs and others… I should never have believed the greatness of this monarchy, had I not seen it with my own eyes.”[2]

Sin embargo, lógicamente era muy difícil conseguir una nueva flota y la construcción costó al imperio otomano mucho dinero que desencadenó varios problemas:  Primero, aunque el imperio pudo construir una flota tan grande, faltaban los marineros con experiencia que se murieron en la batalla de Lepanto que duraría décadas para recuperar sobre el imperio. Segundo, la derrota paró la extensión otomana por el océano índico e inició varios problemas en los territorios árabes (Yemen, Omán). Según fuentes, antes de la batalla de Lepanto los otomanos tuvieron el objetivo de atacar a los portugueses y extender sus territorios hacia el este, sin embargo este objetivo se hundió por la derrota. Tercero, por la reconstrucción, el imperio aumentó impuestos en sus territorios lo que inició disturbios entre la población, especialmente en los territorios no-musulmanes.[3]

Para concluir, se puede decir que la derrota tuvo un gran efecto en el imperio otomano. El mito de la invencibilidad del imperio se desvaneció, y este debió aceptar que también se puede perder una batalla. Sin embargo, el imperio Otomano siguió adelante con su apogeo territorial durante el próximo siglo y la Liga Santa nunca llegó a reconquistar Chipre. En total se puede acabar la mirada turca a esta batalla con una cita de gran visir Sokullu Mehmet Pacha: 

“Vosotros nos habéis afeitado la barba destruyendo nuestra flota, pero nosotros os cortamos el brazo derecho cuando os arrebatamos Chipre. Un brazo, una vez cortado, no vuelve a crecer, pero una barba rapada crece más fuerte.”




[1] Onur Yildirim: “The Battle of Lepanto and its impact on Ottoman History and Historiography”, en Rossella Cancila (ed.), Mediterraneo in armi(secc. XV-XVIII), Palermo 2007, p. 543.
[2] Gábor Ágoston, Bruce Masters: Encyclopedia of The Ottoman Empire, EEUU 2009, p. 332.
[3] Onur Yildirim: “The Battle of Lepanto and its impact on Ottoman History and Historiography”, en Rossella Cancila (ed.), Mediterraneo in armi(secc. XV-XVIII), Palermo 2007, p. 544.

Enredos historiográficos: Lope ante Lepanto

Este texto, de la autora norteamericana Elizabeth R. Wright, nos cuenta y analiza la famosa "Santa Liga", la obra de teatro que creó el dramaturgo español Lope de Vega para contar los hechos de la Batalla de Lepanto 20 años después de la contienda. Aquí tenéis la obra por si os interesa leerla.

Tanto durante la batalla como después, mucha de la población española y europea en general estaba falta de datos sobre la guerra: ¿qué había pasado?, ¿cómo había sido?. La incultura patente en la población hizo que las pocas fuentes que se tenían sobre la batalla no pudieran ser comprendidas por el pueblo, ya que la tasa de analfabetos era muy alta. Entonces, cómo hacer para que la población entendiese lo que había pasado. Más atrás lo dije: Lope de Vega creó una obra teatral para contarlo de una manera amena y entendible por todos.

Como bien sabemos, la "Santa Liga", compuesta por Venecia, el Papado y España ganó al ejército otomano, comandado por el sultán Müezzinzade Ali Paşa.

La armada aliada estuvo al mando de don Juan de Austria, secundado en la armada real por Álvaro de Bazán, Alejandro Farnesio, Luis de Requesens y Juan Andrea Doria; mientras que la veneciana iba capitaneada por Sebastián Veniero y la pontificia por Marco Antonio Colonna. Entre todos reunían más de 200 galeras, 6 galeazas y otras naves auxiliares. La escuadra turca —al mando de Müezzinzade Ali Paşa (señor de Argel y gran marino a las órdenes del sultán turco Selim II)— contaba con 260 galeras.

Plano de Constantinopla, datado de la época de la batalla.

Procesión en conmemoración de la firma de la Santa Liga entre España, Venecia y los Estados Pontificios.

Plano del Golfo de Lepanto.

Ante el fracaso de esta expedición, Pío V reúne a plenipotenciarios reales y venecianos para tratar de tomar medidas efectivas contra la expansión turca por el Mediterráneo. Las discusiones se centran sobre las misiones de la Liga y la duración de la concentración de fuerzas, con posturas encontradas entre venecianos y españoles. Los primeros quieren restringir su ámbito al Mediterráneo Oriental, mientras que los españoles quieren incluir las costas del norte de África.

Gracias al empeño personal del Papa, el 24 de mayo de 1571 se llega a una solución de compromiso:

- La duración será ilimitada.
- Servirá tanto para atacar a Turquía como para atacar las plazas turcas del norte de África.
- La armada estará formada por 200 galeras, 100 naves, 50.000 infantes y 4.500 jinetes.
- Esta armada deberá estar preparada para entrar en acción en abril de cada año.
- España sufragará tres sextos de los gastos, Venecia dos sextos y la Santa Sede el sexto restante.
- El generalísimo de la Liga será Juan de Austria, y cada nación aportará un Capitán General. Estos tres capitanes generales, reunidos en consejo, acordarán el plan anual de operaciones.
- Ninguna de las partes podrá ajustar tregua ni paz con el enemigo sin participación y acuerdo de las otras dos.
- El generalísimo no llevará estandarte propio ni de su nación, sino el especial de la Liga.

Finalmente, las fuerzas enviadas fueron las siguientes:

España:

- 90 galeras
- 24 naves
- 50 fragatas o bergantines.

Venecia:

- 6 galeazas
- 106 galeras
- 14 naves
- 20 fragatas.

Estados Pontificios:

- 12 galeras
- 6 fragatas.

Fresco de la batalla en el museo del Vaticano


Por otro lado, los turcos habían llamado a todos sus almirantes para concentrar sus fuerzas en Lepanto. El último en llegar fue Mahomet, rey de Negroponte, con 60 galeras y 3.000 soldados.

En total reunieron 210 galeras, 87 galeotas y 120.000 combatientes, de los cuales 50.000 eran soldados, 15.000 tripulaciones y 55.000 galeotes. La «chusma» estaba compuesta de prisioneros cristianos capturados en distintas batallas o asedios. Además, las piezas artilleras ascendían a 750, menos que las cristianas, aunque los arqueros llevaban flechas envenenadas y fueron muy útiles en los abordajes. Al igual que la flota cristiana, están divididos en cuatro cuerpos. Su formación era de media luna.

El primero, cuerpo derecho, al mando de Mahomet Siroco, gobernador de Alejandría, formado por 54 galeras y 2 galeotas.
El segundo, centro, mandado por Alí Bajá, general en jefe, con 87 galeras y 32 galeotas.
El tercero, cuerpo izquierdo, lo manda el corsario Cara Hodja (Kodja) con 61 galeras y 32 galeotas.
El cuarto, o escuadra de reserva o socorro, lo manda Murat Dragut, y tiene 8 galeras y 21 galeotas y fustas.
Las órdenes eran terminantes. El gran señor Selim II ordenó a Alí salir a la mar en busca de los cristianos y combatirlos donde los encontrara. Cuando avistan a la flota cristiana, Pentev y Uluch Alí recomiendan retroceder y ponerse bajo la protección de los castillos, pero Alí, cumpliendo órdenes, manda atacar.

Las consecuencias de la victoria de la Santa liga hacia el Imperio Otomano fueron que las fuerzas de este último no volvieran a amenazar las posesiones europeas del Mediterráneo.

La batalla, como antes ya dije, fue ganada por la Santa Liga, con el siguiente balance de bajas:

- Santa Liga: 7600 bajas y 12 galeras destruidas.

- Imperio Turco: 30.000 bajas, 190 naves, 12.000 cautivos cristianos liberados.

Todo esto fue contado con gran maestría por Lope de Vega, y ha sido una importante fuente histórica de la batalla. Fue fundamental el aporte de Lope, sin él seguramente hoy día no tendríamos tantos datos sobre la contienda.

Bibliografía:

-WRIGHT, E. Enredos historiográficos: Lope ante Lepanto. Anuario Lope de Vega. Texto, literatura, cultura, América del Norte, 18, may. 2013. [consultado: 6 de noviembre de 2014]. Disponible en:
http://revistes.uab.cat/anuariolopedevega/article/view/v18-wright/n18-wright

"Los pinceles de la Batalla de Lepanto. El choque entre Oriente y Occidente"

"Una sola pintura puede retratar una época." 

La fotografía y pintura son también partes de la memoria de la historia. Lo que es fotografía en la historia desde el siglo XIV era la pintura antes. Hoy día en los museos se pueden ver estas pinturas por todas partes, consideradas como "lugares de la memoria" (lieux de memoire) y analizar la historia en ellas. La pintura de la Batalla de Lepanto también es significativa para analizar esta contienda. En su artículo "Los pinceles de la Batalla de Lepanto. El choque entre Oriente y Occidente" en ABC.es (Link), Javier Noriega analiza una colección de la pintura occidental de la Batalla de Lepanto que merece la pena ser vista. 



La pesadilla de Cervantes: Lepanto

Es conocida por todos la relación del autor español Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616) con la Batalla de Lepanto, en la que, como se cuenta en sus múltiples biografías, perdió la mano izquierda, el 7 de octubre de 1751 en el fragor de la batalla. Este hecho le valió el apodo de "El Manco de Lepanto".

Quizá se deba a este suceso la inspiración del autor al escribir su obra cumbre, Don Quijote de la Mancha, la cual constó de dos partes, la primera escrita en 1605 y la segunda 10 años después, cinco antes de la muerte del autor alcalaíno. Hechos como el del encuentro de Don Quijote y Sancho con los molinos de La Mancha al confundirlos con gigantes pueden estar ideados por Cervantes tras sus vivencias en tierras otomanas durante la batalla. Para el autor del artículo que estamos analizando, Francisco Maldonado de Guevara, todas estas ideas pueden tratarse de sueños evocados a la Batalla: Don Quijote es un hidalgo con armas, algo que se asemeja a los soldados de la época, los que participaron en la conocida batalla.

También, según Guevara, como antes ya dije, el origen de la aventura quijotesca pudo haberse producido, textualmente, por "un evento onírico, fijo y pertinaz", el cual nos podemos imaginar que es la Batalla de Lepanto. Nada es fijo, nada se sabe a ciencia cierta, todo son hipótesis, que sólo Cervantes sabía, que sólo él guardaba en su cabeza. Las aspas de los molinos de viento contra los que lucha se asemejan a las velas de los barcos que se usaron en la batalla naval.

Podemos sacar miles de hipótesis sobre la relación entre lo que acontece en las obras de Cervantes y lo acontecido en la batalla. Como antes dijimos, todo son suposiciones, nada se sabe. Incluso podríamos decir que el personaje de Alonso Quijano, Don Quijote. puede asemejarse a su creador, Miguel de Cervantes.

Según decía Ramón Gómez de la Serna en sus conocidas Greguerías, los sueños son solo eso, no se pueden recuperar, o mejor dicho, no se pueden repetir, porque son sólo eso, sueños. Sólo se podría dar una leve descripción de lo ocurrido, y explicarla pero sin darle sentido. 
En el artista está la pesadilla creadora, que es la que da ideas al autor. Es posible que Miguel de Cervantes fuera víctima de dicha pesadilla, pero se nota que no lo fue ya que la deja de lado al escribir en el blanco papel.

En conclusión, los sueños pueden ejercer una acción en el autor, el cual es evocar ese momento soñado, ya que es algo que purifica y libera, 

Bibliografía:

-MALDONADO, D.G. 1976, La pesadilla de Cervantes: Lepanto, Anales Cervantinos, vol. 15, pp. 247. [consultado: 6 de noviembre de 2014].

http://search.proquest.com.strauss.uc3m.es:8080/docview/1300353118/citation?accountid=14501

LEPANTO (LA VICTORIA ESPAÑOLA DE LA CRISTIANDAD)

Hubo un momento en el que se puso en duda algo que hasta entonces era incuestionable. El cristianismo estaba germinando su cuenta propio enemigo en sus entrañas, además de uno exterior, el imperio Otomano. Aunque la palabra cristiana convencía no lo hacían sus actos. Los abusos por parte del papado y la compra de indulgencias despertaron el descontento hacia la iglesia, la perdida definitiva de su credibilidad. La iglesia se había desvirtuado y corrompido, como resultado de hacer negocio con el creer que ya nadie es capaz de creer de verdad. Así en estos momentos, mientras la fe cristiana se derrumba el ojo turco la mira de cerca.

Para Carrero Blanco, el siglo XVI tiene muchas semejanzas con el actual, también vivió una de las graves crisis de la cristiandad. Lepanto no es solo una victoria importante frente al enemigo turco, es también la victoria de la cristiandad. A comienzos del siglo XVI, los turcos disponen ya de todo el litoral del Mediterráneo oriental, desde el Canal de Otranto a Egipto. Los turcos no estaban solos, a su empresa se unieron los corsarios berberiscos. Arud y Kairedin, los hermanos Barbarroja, que tienen sus guaridas de piratas en las costas de Argelia, se han apoderado de Túnez (1510) y de Vergel y Cherchel (1514). De esta manera, el Imperio otomano contaba con el refuerzo de las galeras berberiscas, así como los puntos de apoyo de las mismas en la costa de África y el Arsenal de Argel.
En esta situación, muere en Francia Luis XII y ocupa su lugar Francisco I (1515-1547). Al ano siguiente comienza en España el Gobierno de Carlos V.  En estos años los intereses de estos gobernantes van a chocar. La cuestión de Milán les va a tener ocupados mucho tiempo, las treguas por dominar este territorio van a durar poco tiempo. La victoria de Pavía (1525), en la que el propio Francisco I fue tomado como prisionero y después firmó la paz, no sirvió para librarse del mapa a los franceses. Junto  a el Sultán Soliman el Magnifico, Enrique VIII de Inglaterra, los protestantes y el Papa Clemente VII formaron una extraña coalición contra el Rey Católico, Carlos I de España y V de Alemania.

Tiempo después, Pío V comprendió que su Iglesia estaba en peligro y a quien se tenía que salvar no era a otro que al Cristianismo. Pío V llamó a España y a Venecia, cuyos orgullos no les permitían llegar al principio a un acuerdo. Pero pronto la religión común eliminó las diferencias, Pío V sería el jefe de esta Santa Liga, en la que España y Venecia en plano de igualdad, serían las dos potencias soberanas, sin más subordinación que la espiritual que debían al Sumo Pontifice por su condición de Estados católicos. La Santa Liga quedó constituida contra el Sultán de Turquía, contra el de Marruecos y contra los reyezuelos berberiscos.

La Santa Liga tenía un jefe espiritual indiscutible; pero necesitaba un Jefe militar. El problema es que tanto España como Venecia querían elegir el general entre sus capitanes respectivos. Entre los candidatos, por un lado, los venecianos propondrían al general Sebastián Veniero; por el otro lado, a los españoles les satisfaría plenamente el nombramiento de Don Juan de Austria, pero en su contra estaba su edad, tenía solo veinticuatro años. El santo Pontífice pensó en otros candidatos pero rehusaron el puesto, ante la falta de solución acudió al único que podía dársela Dios. Después de retirarse a la oración y a la penitencia por tres días consecutivos, el cuarto día celebrando la misa, mientras leía el evangelio de San Juan, le vino de repente un nombre a la cabeza como fruto de la inspiración divina. Terminada la misa comunicó su decisión de designar Generalísimo de la Santa Liga al señor Don Juan de Austria, contestando a las replicas diciendo que así lo ha querido Dios.

El plan de Don Juan de Austria era salir cuanto antes hacia los mares de Levante y buscar al enemigo turco. A pesar de convocar al Consejo de Messina, Dios ya había decidido por ellos, estaba de su lado y el plan de Don Juan era el plan de Dios. De este modo, en Lepanto los turcos nada tenían que hacer ante Dios.

-Bibliografía:

-CARRERO BLANCO, L. 1948, Lepanto, Arbor, vol. 11, no. 35, pp. 181. [consultado: 6 de noviembre de 2014].

La Batalla de Lepanto - Documental

Os dejo este documental del Canal de Historia sobre todo lo referente a la batalla de la que tratamos. A mí me ha parecido interesante y espero que a vosotros también os lo parezca.


Pronto más aportes para empezar a encauzar el rumbo de nuestro trabajo.

Mapas seleccionados para el trabajo


Este primer mapa o dibujo ilustra la historia, las fuerzas y el transcurso de la batalla, asi como también fechas relevantes, etc.


Este mapa nos ilustra la forma de ataque y de defensa de ambos ejércitos, paso a paso en la batalla. La Batalla de Lepanto acabó con la victoria de la "Liga Santa", grupo que englobaba a España, los Estados Pontificios, la República de Venecia, la Orden de Malta, la República de Génova y el Ducado de Saboya.